sábado, 25 de enero de 2014

¿Una de dragones?

¡Hola a todos!

Hoy os traigo una historia que cayó en mis manos gracias a mi prima/guía-de-Bilbo Bego. A mi parecer es una leyenda muy bonita y además da sentido a alguna pintura y figura que se puede ver en el barrio de San Francisco y alrededores. 
Edificio calle San Francisco (Bilbao) 
Cuando llegué a Bilbo, me llamó gratamente la atención un mural (el de la foto) que está pintado en la fachada de uno de los edificios que se encuentra en la calle de San Francisco. Lo primero que pensé al verlo es que más que una imagen partida por la mitad, esta pintura podía considerarse como una puerta a otro mundo, la entrada a la Narnia bilbaína (la verdad es que siempre he sido un poco imaginativa). El caso es que después de leer la leyenda, esta idea cobró aún más sentido, ya que se podría pensar que con este mural podemos volver atrás en el tiempo, al momento en que nuestra capital mundial no era más que una pequeña villa y todo este barrio se encontraba poblado de naturaleza, como la que se puede ver en la foto.

Ahora sí, paso ya a contaros la leyenda. Al parecer, sobre el siglo XV, más o menos cien años después de la fundación de la Villa de Bilbao, habitaban por las zonas boscosas del barrio de San Francisco unos seres alados que iban siempre en parejas. En realidad no se sabía muy bien lo que eran, ni siquiera se podía distinguir si eran machos o hembras. Lo que sí era un hecho es que cada vez que estos animales veían una persona sola y desamparada se acercaban a ella y la rozaban con su pecho o su lomo. En ese mismo momento, la persona experimentaba un cambio de estado de ánimo, pasando a sentirse feliz, afortunada y querida. Debido a su cambio de ánimo, las personas tocadas por estos seres alados, sentían alegría por vivir y conseguían pareja o si ya la tenían, continuaban con ella felices por el resto de sus días.

Seres alados de las farolas del puente de La Merced
Hoy en día, se pueden ver a estos animalitos amables y alados adornando las farolas del puente de la Merced, que es una de las puertas de entrada al barrio de San Francisco desde el Casco Viejo. Como podéis comprobar en la foto, también aquí van en parejas, ya que el ingeniero que diseñó estas farolas quiso recuperar a estos seres legendarios y así dar la oportunidad a todos aquellos que pasen por el puente de tocar su pecho o su lomo para conseguir la felicidad, el amor o buena suerte.


Así que ya sabes, si alguna vez te pasas por esta zona de la ciudad y cruzas el puente, recuerda tocar el lomo o el pecho de estos pequeños dragoncillos. ¡Te darán suerte! :)

¡¡Un besito para todos!!

CRISANTA


                                                                    

4 comentarios:

  1. Aupa ahí!!
    Tú si que sabes,cosa guapa
    Gracias por compartir estas maravillas
    <3 <3 <3

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  2. Parecen "Grifos" pero no lo son....En fin, si hay que tocar, se toca!!!

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  3. Gracias por los comentarios chic@s :) La verdad es que no se sabe muy bien qué son, no...

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