Dicho así, el título de esta entrada puede parecer un pelín exagerado, pero cualquier bilbaíno la repetirá y confirmará una y mil veces si es necesario.
La verdad es que yo siempre me he considerado orgullosa de ser leonesa, no voy a negarlo. Creo que cualquier persona que haya tenido el placer de pasar un tiempo conmigo, habrá sido testigo de mi devoción por León y sobre todo por su catedral. Sin embargo, esto no tiene NADA, pero NADA que ver con la pasión con la que los bilbaínos y no tan bilbaínos hablan de su ciudad. Nunca he conocido a personas que estén tan orgullosas de su procedencia. En el tiempo que llevo viviendo en Bilbao, he llegado hasta a presenciar discusiones sobre quién es más bilbaíno, si uno que nació en Bilbao y ahora vive en Santurzi o uno que ha nacido en Cruces y ahora vive en centro de Bilbo... Por eso existe el dicho de que "los de Bilbao nacen donde quieren".
Tan seguros están de que su ciudad es la capital mundial, que hasta han creado su propio mapa mundi-galáctico. He de reconocer que la primera vez que lo vi, poco después de mi llegada, me quedé un poco absorta con tal mapa, pero una vez que llevas un tiempo aquí todo coge más sentido y tú misma te conviertes en la primera que afirma que sí, que Bilbao es la capital del mundo y del universo conocido. ¿Egocentrismo? No. Es simplemente que los de Bilbao saben lo que tienen y les gusta presumir de ello.
¿Estaré "digievolucionando" en bilbaína? No lo creo, lo que pasa es que he tenido la suerte de coincidir con una de las cicerone más apasionadas de Bilbao, mi prima Bego :) Aparte, que soy de las que piensa que si tanta gente habla tan bien de la ciudad como para elevarla al rango de capital mundial, tiene que ser por algo, ¿no?
Por lo tanto, ¿qué es lo que me hace a mi, leonesa devota, unirme a todos aquellos que claman y afirman que Bilbao es la capital universal? Lo puedo resumir en tres palabras: CALIDAD DE VIDA. Sin duda Bilbao tiene ese algo especial que no se puede comparar al resto de ciudades. No es enorme, pero aún así tiene una oferta cultural que ya quisieran otras ciudades mucho más grandes. La gente es jovial y amable, tanto que si estás perdido te acompañarán hasta el mismo sitio al que tienes que llegar. Su situación es sin duda privilegiada, por lo que tanto los amantes de la montaña, de la playa o de las tiendas tienen todo al lado. Su ambiente es muy positivo y nadie te va a mirar mal por tu forma de vestir o de pensar. El arte se respira en todos y cada uno de sus rincones, al igual que sus costumbres.
En fin, ¿qué puedo decir? si yo me enamoré de Bilbao con tan solo 4 años, tanto que no he podido resistir la oportunidad de vivir aquí.
Un besito muy fuerte para todos,
CRISANTA
